martes, 29 de noviembre de 2016

CAÑILISMOS CANALLAS de Susana Cañil



Tras “Espérame en París”, Susana Cañil vuelve a la carga con su segundo libro, “Cañilismos Canallas”. Pero esta vez no nos trae una novela, sino una maravillosa recopilación de sus fantásticas y genuinas frases con las que cada día nos seduce en internet.

Las ha reunido de una forma ordenadamente desordenada en distintas "salas" presididas por algunas de las mujeres más relevantes y guerreras de la historia. Sí mujeres, guerreras, luchadoras y provocadoras. Esas mujeres que le gustan a Susana, porque ella es así.

Unos aforismos ante los que nadie se puede quedar indiferente, porque reflejan sentimientos y emociones llevados al extremo. Y es que Susana es extrema, sin que ello signifique ser radical. Extrema en sentir. Extrema en vivir. Y extrema a la hora de transmitir.

Susana ha decidido que ha venido a jugar, y eso se nota. Y una cosa que tiene clara es que debe jugar con las cartas que le han tocado. Y que para ganar no siempre es necesario llevar un póker de ases. Que a veces con un trío y un buen par de ovarios te haces con la partida. Porque ella ha venido a echarle un órdago a todo. Y a todos. Y eso lo refleja en sus cañilismos.

El libro puedes leerlo de un tirón, porque es corto, rápido, divertido y dinámico. O puedes dejarlo en tu mesilla de noche y cada día abrirlo por una página al azar y embeberte de unas pocas. Yo lo he leído de la primera manera. Ahora estoy con la segunda.

Diría que espero encontrarme con Susana algún día (dentro de mucho tiempo, eso sí) en el infierno. Pero no lo voy a decir, porque sé que va a ser así.


jueves, 24 de noviembre de 2016

TODAS LAS BODAS NECESITAN UN PLAN B de Rebeca Rus



Demasiado ha tardado Rebeca Rus en traernos su nueva novela. Reconozco que a mí aunque publicase una novela cada tres meses se me haría larga la espera, soy consciente y sé de primera mano el trabajo que le ha llevado “Todas las bodas necesitan un plan B”. Trabajo de documentación sobre bodas y fotógrafos. Y trabajo de meterse en la piel de un protagonista masculino. Porque efectivamente, Rebeca nos presenta por primera vez en la piel de hombre, y, para mi gusto, lo hace de una forma soberbia.

Marco es un fotógrafo, que tras meter la pata en la que hubiera sido la ocasión de su vida profesional, se ver relegado a trabajos menores y a realizar reportajes de bodas. Decidido a retomar su vida y sus sueños, ve la oportunidad en un trabajo que a priori lo tiene todo para devolverle esa oportunidad… efectivamente, a priori. Porque las circunstancias se obstinar en demostrarle que todo, siempre, es susceptible de empeorar. Pero él no decae en su empeño de encontrar el encuadre perfecto, la luz perfecta, la imagen perfecta y, sobre todo, su musa perfecta.

Mención aparte merece el personaje de Virtudes, la wedding planner. Una mujer cuya vida resulta ser tan desastrosa como su trabajo y que, sinceramente, tiene poco de su propio nombre. Eso sí, os hará reír como sólo los grandes personajes cómicos son capaces de hacerlo.

Quizás haya gente que catalogue esta novela como género chick-lit, y supongo que pueden tener razón. Yo, sin embargo, no. No sé si es porque sobrepasé hace tiempo la franja de edad que se suponen que tienen las lectoras de ese género, si es porque el protagonista es masculino o si es porque a mí el chick-lit nunca me ha producido tanta diversión.

Creo que muchos lectores consideran el humor como un género menor. Y yo no puedo estar más en desacuerdo con eso. Sobre todo si nos encontramos ante una novela escrita con un humor inteligentísimo y con unas situaciones propias del mismísimo Cary Grant (modernizado, eso sí). Y no voy a contar nada más de sus protagonistas, porque cada uno se merece que lo descubráis por vosotros mismos.

Sinceramente, yo no soy mucho de historias de amor, pero lo que he podido llorar de la risa con ésta, no está escrito.

Por cierto, aparte de la propia novela, me declaro también muy fan de su portada.